Perdoname si te persigo pero tengo la costumbre de perseguir mis sueños.

Cuando era pequeña mi madre me decía que siguiera mis sueños, que eran muy importantes. Todas las noches antes de dormir siempre me recordaba que luchara por ellos y no los dejara escapar nunca porque algún día cuando fuera mayor conseguiría cumplirlos, otra cosa que me decía mi madre era que nunca me rindiera, que por muy difícil de conseguir que pareciera mi sueño siempre lo alcanzaría si tenia esperanzas. Hoy ya se puede decir que soy mayor y solo tengo un sueño, en el que hago todo lo que mamá me dijo; ese sueño eres tú.