Solo dímelo y desapareceré de tu vida para siempre.

Dime que cuando te acuestas por las noches no piensas en mí, en nosotros, en lo que pasó, en lo que pudo haber pasado, que lo que está pasando y en lo que pasará, dimelo.
Dime también que cada vez que ves mi peluche en tu habitación, no te acuerdas de mí.
Dime también que cuando te conectas no soy la primera persona a la que buscas si está conectada.
Dime que cuando lo haces, no tienes esas ganas tremendas de hablarme pero siempre esperas a que yo lo haga, aunque no puedes aguantarte.
Dime tambíen que no te acuerdas de mí cuando vas al cuarto de baño donde siempre me decías lo presumida que era por mirarme a cada momento en ese espejo.
Dime que tampoco lo haces cuando vas a tu cuarto y miras esa silla, donde yo siempre me sentaba para hablar contigo.
También dime que no me extrañas cuando pasas por todos y cada uno de esos lugares especiales donde estuvistes conmigo, donde me pedistes salir, donde nos dimos nuestro primer beso, y también el último.
Dime también que ya no sientes ese cosquilleo de antes de verme, cuando vamos a quedar.
También dime que no me extrañas en cuanto cojo el autobús para volver.
Dime también que no me echas de menos, que no tienes esas ganas incesantes de estar conmigo a cada momento.
Dime también que hay otra y es por eso que ya no estamos juntos. Aunque no sea verdad.
También dime que no quieres volver a verme. Nunca más.
Dime también que me has olvidado, que todo ha acabado, que así lo quieres tú y solamente tú.
Dímelo, y te juro que desapareceré de tu vida para siempre.